Nota de lectura "Del cuento breve y sus alrededores" (Julio Cortázar)

 "Del cuento breve y sus alrededores" (Julio Cortázar)



 "Aunque parezca paradójico, la narración en primera persona constituye la más fácil y quizá mejor solución del problema, porque narración y acción son ahí una y la misma cosa." Si bien los relatos en primera persona nos dan un punto de vista sumamente cercano a la historia, creo que en las narraciones en tercera persona, sobre todo cuando es un narrador omnisciente, podemos tener una visión más amplia de lo que sucede, así como también de los sentimientos, emociones, pensamientos, etc. de los propios personajes. Por eso, no coincido cuando el autor afirma que "me parece una vanidad querer intervenir en un cuento con algo más que con el cuento en sí", ya que las descripciones del narrador, los datos acerca de los personajes, el hecho de poder contemplar más de una perspectiva a la vez pueden ayudar al lector a meterse más de lleno en el relato, en los ambientes que en este se crean. 

Por otro lado, cuando Cortázar expresa que "(...) en cualquier cuento breve memorable se percibe esa polarización, como si el autor hubiera querido desprenderse lo antes posible y de la manera más absoluta de su criatura, exorcizándola en la única forma en que le era dado hacerlo: escribiéndola" podría decir que hasta me siento identificada. La escritura, al igual que cualquier otra expresión artística, muchas veces funciona como un canal para exteriorizar lo que nos pasa, nos abre una puerta a una infinidad de mundos posibles a través de los cuales podemos dejar aflorar nuestros sentimientos más profundos. De esta manera, adhiero cuando el autor nos dice "Y entonces la masa negra se aclara a medida que se avanza, increíblemente las cosas son de una extrema facilidad como si el cuento ya estuviera escrito con una tinta simpática y uno le pasara por encima el pincelito que lo despierta." En innumerables ocasiones me ha pasado de querer escribir algo y no saber cómo empezarlo, y una vez que encuentro la idea a partir de la cual quiero comenzar el resto parece que brotara sólo, como si ese texto que escribo hubiese existido en mi mente desde antes. Encuentro que esto puede relacionarse con lo que afirma Julio Cortázar cuando expresa "(...) apelo entonces a mi propia situación de cuentista y veo a un hombre relativamente feliz y cotidiano, envuelto en las mismas pequeñeces y dentistas de todo habitante de una gran ciudad, que lee el periódico y se enamora y va al teatro y que de pronto, instantáneamente, en un viaje en el subte, en un café, en un sueño, en la oficina mientras revisa una traducción sospechosa acerca del analfabetismo en Tanzania, deja de ser él-y-su-circunstancia y sin razón alguna, sin preaviso, sin el aura de los epilépticos, sin la crispación que precede a las grandes jaquecas, sin nada que le dé tiempo a apretar los dientes y a respirar hondo, es un cuento, una masa informe sin palabras ni caras ni principio ni fin pero ya un cuento, algo que solamente puede ser un cuento (...)." La idea parece llegar de repente, algo desconocido la desencadena y hace que fluya en ese instante.

Por último, no comparto la teoría de que "(...) el cuento no tiene intenciones esenciales, no indaga ni transmite un conocimiento o un “mensaje"", porque, para mi, más allá del género literario en el que se escriba, lo que se dice siempre deja algo en el lector, sin importar que ese no fuera el objetivo del autor, ya que una misma frase puede tener incontables significados, dependiendo de quién la lea.

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