Nota de lectura "Matar a un niño" (Stig Dagerman)

 Matar a un niño (Stig Dagerman)



En "Matar a un niño", de Stig Dagerman, la historia superficial es la de un niño que, al salir de su casa para pedir prestados algunos terrones de azúcar a unos vecinos, es atropellado y asesinado por un hombre que estaba yendo de vacaciones con su esposa.

Desde el principio del relato, inclusive con tan sólo leer el título del cuento, podemos conocer el desenlace que tendrá la historia: un niño morirá. De esta manera, el narrador, al anunciarnos el desdichado destino del niño y del conductor del coche en el comienzo, realiza una prolepsis al adelantarse a los hechos, haciendo un salto hacia el futuro. Esta acción es llevada a cabo cada vez que el narrador se refiere al fallecimiento del niño antes de que suceda. Esto genera en el lector un sentimiento de intriga por saber cómo se va a desarrollar la historia, qué es lo que va a pasar para que el cuento termine como su título lo anuncia.

Por otro lado, en cuanto a la focalización, en "Matar a un niño" estamos ante un caso de focalización externa, es decir que el focalizador se encuentra situado fuera de los hechos. Además, el narrador sabe más que todos los personajes, se convierte en el sujeto de todas las percepciones y está presente en más de un lugar a la vez.

Por último, para mí, la historia profunda es todo aquello que sucede dentro del hombre desde el momento del accidente, de cómo alguien aparentemente bueno y feliz de repente es un asesino. Por eso creo que sería probable que el hombre, no pudiendo soportar la culpa con la que vive por haber matado al niño, termine suicidándose.

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