Los asesinos (Ernest Hemingway)

 

Los asesinos (Ernest Hemingway)


Era un día cualquiera en el restaurante de Henry, cuando a eso de las cinco de la tarde llegaron al lugar dos hombres, se sentaron en la barra y, con una actitud un tanto agresiva, pidieron algo para comer. Luego de hablar un poco con George, Nick y Sam (los empleados del bar), siempre con un tono irónico y amenazante, encerraron a los últimos dos en la cocina, vigilados por Al, uno de los sujetos. Max, el otro de ellos, se quedó en el mostrador con George. Después de un rato, le confesaron a este su objetivo: matar a Ole Andreson. Los presuntos asesinos esperaron a su víctima, pero al ver que no llegaba decidieron irse. Ante esto, Nick decidió ir a contarle a Ole que querían matarlo, pero el sueco le dijo que ya no había nada que hacer. Nick volvió al bar, y luego de contarle lo sucedido con Andreson a sus compañeros, huyó del pueblo.

La forma de diálogo en la que está escrita la mayor parte del cuento hace que su lectura sea rápida, y al ser tan conciso y no dar tantos detalles se da lugar a que el lector haga uso de su imaginación, para visualizar a los personajes y a los sentimientos que no están expresos.

A pesar de que Al y Max no logran asesinar al sueco, se consagran como asesinos al matar la inocencia de Nick. Este, al darse cuenta de lo cruel que puede ser la realidad y al ver que no puede hacer nada para cambiarla, decide irse del pueblo, huyendo de todo aquello que le causa esa impotencia y ese dolor. Sin embargo, ante esto, me surge la siguiente pregunta: ¿huir de esa realidad va a hacer que desaparezca? Efectivamente no, y creo que el personaje deberá aprender a vivir en este mundo que le tocó.

El texto nos deja con muchas interrogantes sin resolver: ¿Quiénes son Al y Max? ¿Por qué quieren matar a Ole Andreson? ¿Por qué Ole está resignado y acepta su destino? ¿Encontrará Nick la paz al huir? El escrito no responde a ninguna de estas preguntas,  y la única forma que tenemos los lectores de hallar respuestas es imaginándolas.

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